18 janeiro, 2009

Analfabetismo & Anumerismo = Funny

Querido Blog:
Mal postei aquele troço de Borges & Pessoa, recebi um telefonema do afamado menino de rua (MdR) de que costumo falar, queixando-se de que não entendeu o gira-gira da ilustração da postagem anterior e mandou-me olhar a que nos epigrafa. Disse ele que, ao ler o conto de Borges, que achou "very funny", deu-se conta de não apenas desconhecer completamente a língua portuguesa como também não entender bem o que significa "número", pois -sabe-se lá- "you know...", disse ele, que Funes ter-se-ia assim expresso (a mesóclise era do menino e não do afamado Sr. Ireneo, que o MdR escrevia "Irineu"), na descrição borgeana:

Me dijo que hacia 1886 había discurrido un sistema original de numeración y que en muy pocos días había rebasado el veinticuatro mil. No lo había escrito, porque lo pensado una sola vez ya no podía borrársele. Su primer estímulo, creo, fue el desagrado de que los treinta y tres orientales requirieran dos signos y tres palabras, en lugar de una sola palabra y un solo signo. Aplicó luego ese disparatado principio a los otros números. En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril; otros números eran Luis Melián Lafinur; Olimar, azufre, los bastos, la ballena, el gas, la caldera, Napoléon, Agustin de Vedia. En lugar de quinientos, decía nueve. Cada palabra tenía un signo particular, una especie de marca; las últimas eran mui complicadas... Yo traté de explicarle que esa rapsodia de voces inconexas era precisamente lo contrario de un sistema de numeración. Le dije que decir 365 es decir tres centenas, seis decenas, cinco unidades: análisis que no existe en los 'números' El Negro Timoteo o manta de carne. Funes no me entendió o no quiso entenderme.

Como sabemos, Ireneo Funes (1868-1889) era um gaúcho que -deixando-se cair do cavalo- tornou-se imóvel -como Recabarren, do conto El Fin- e -diferentemente de Recabarren- investiu-se de uma memória prodigiosa. Para contar os eventos do último dia, gastava precisamente 24 horas. E agora seguimos com "morenos", "negros" e mesmo "criollos". Por outro lado, todos me dicen El Negro, não é isto? Não nego: negro pero cariñoso!

Abraços pródigos de
DdAB

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